No hay mayor desilusión que la incapacidad de compartir con otra persona un conocimiento que consideramos esencial.



Richard Ford



martes, 11 de septiembre de 2012



 Que hubo tres Mario Aburto en Lomas Taurinas, eso ya es vox populi. En México también nos las gastamos para eso de la conspiración política. Colosio, la película de Carlos Bolado, evidencia algo que se viene gestando en el colectivo popular desde marzo de 1994:
a)      La injerencia de altos funcionarios del Gobierno en el asesinato de Colosio, principalmente del todopoderoso secretario de gobernación, José Córdova Montoya, pero también del presidente Salinas, su hermano Raúl,  José Francisco Ruiz Massieu y empresarios poderosos ¿Azcárraga?
b)      La participación de la agrupación psuedopolítica TUCAN (Todos Unidos contra Acción Nacional), que tomaron como afrenta personal que Colosio en 1989, siendo presidente nacional del PRI, entregara al PAN el gobierno de Baja California a un gobernador panista (Ernesto Ruffo Apel).
c)      Luego de décadas de trabajar con total impunidad, bajo el cobijo de gobiernos priístas de vieja guardia, el narco puedo tramar el asesinato de Colosio debido a que vería mermado sus intereses. En la cinta de Bolado, se habla del interés personal de los hermanos Arellano Félix por entrevistarse con Colosio, acto que el candidato rechazó.
d)     En el discurso del Monumento a la Revolución, en donde Colosio evidencia las corruptelas de los gobiernos priístas así como se deslinda de sus antecesores y promueve una unidad partidista, sería como su sentencia de muerte firmada.
e)      Todo cabe en la teoría de la conspiración, capítulo Colosio. Desde al famoso asesino solitario –descrita en 1999 magistralmente por el novelista Élmer Mendoza en su novela homónima- , hasta entrenado en Estados Unidos que se dedica a borrar las pistas de la posible conspiración.
f)       En más de un sentido, Colosio le debe mucho a JFK de Oliver Stone, quizá la mejor película de conspiración política. También hay rasgos del cine noir francés o del italiano de la mano de Vitorio de Sicca. Es imposible para  un director del talento probado de Carlos Bolado, sacudirse  esa influencia. La estructuración de las escenas me recuerda muchísimo a trhiller político de Stone.
g)      Me hubiera gustado que en la película se hablara abiertamente de nombres y fechas, y no cubrirlos por su función política. Nunca se menciona a Salinas por su nombre, ni a Córdova Montoya, ni a Ruiz Massieu. Para un público más joven va a ser difícil situar la película en algún contexto contemporáneo, más por el desagrado colectivo hacia temas políticos.
h)      Colosio es un buen intento de desacralizar un tema vedado para los gobiernos que siguieron después de la muerte de Luis Donaldo; toda la jodida manipulación de información, la desaparición de pistas, el uso indebido de recursos públicos para proteger a los culpables, el encubrimiento,  la inoperancia de las autoridades a cargo de la fiscalía que investigó el asesinato, parecen pruebas irrefutables que todo se gestó desde las altas esferas del gobierno. Y lo más horrible de esto es la mentira, el engaño ruin, y la creencia de que el mexicano es tan estúpido para tragarse cualquier drama telenovelero que inventa el gobierno.



No hay comentarios:

Publicar un comentario