"Hay coincidencias y casualidades con las que te mueres de risa y hay concidencias y causalidades con las que te mueres". Justo Navarro.
No sé si sea casualidad, pero allá por 2004, mientras esperaba a mi hermano en la Central camionera de Xalapa, alguien olvidó un libro en uno de los incómodos asientos de la sala de espera. Pasando inadvertido, recogí el libro y comencé a hojearlo. El libro tenía una dedicatoria, que decía, más o menos, lo siguiente: "No terminaré este libro, pero creo que tú sí; tienes más convicción que yo. Pero eso ya lo sabes, amor. Con cariño: Amanda". En el interior del libro encontré un boleto de autobús de México a Xalapa para el día 25 de enero de 2004, dos días entes de mi encuentro con el libro y, subrayado con marcatexto, la siguiente cita: "A finales del siglo XX el joven Montano, que acababa de publicar su peligrosa novela sobre el enigmático caso de los escritores que renuncian a escribir, quedó atrapado en las redes de su propia ficción y se convirtió en un escritor que, pese a su compulsiva tendencia a la escritura, quedó totalmente bloqueado, paralizado, ágrafo trágico. A finales del siglo XX –hoy 15 de noviembre de 2000 para ser más exactos–, le he visitado en su casa de Nantes y, tal como me esperaba, le he encontrado tan triste y tan seco que bien podían aplicársele a Montano unos versos de Pushkin y decir de él que “vive errando / en la penumbra de los bosques / con la novela peligrosa”. No mentiría al decir que esta cita fue el inicio de una de las lecturas más apasionantes que he leído en toda mi vida de lector medio y de las releciones autor-lector más sólidas que he tenido. No sólo por la forma que llegué a El mal de Montano sino porque su calidad literaria es insuperable, una genialidad que Vila-Matas no ha podido superar. Pocas lecturas son tan complicadas y dilucidantes. Para aquellos que estamos preocupados porque no podemos escribir, para todos aquellos que preferimos el silencio incómodo a la perorata falsa (siempre he desconfiado de aquellos que dicen mucho y argumentan poco; aquellos que son capaces de citar fragmentos completos de El capital de Marx o la Divina comedia de Dante y hablar de ellos como sus iguales, de aquellos tipos y tipas que no han leído nada y repiten las mismas ideas una y otra vez mostrando que en su ignorancia está el sentido de su adaptabilidad), esta es la novela perfecta: la vida cobra sentido a través de la literatura, pero no la literatura que se escribe, sino aquella que no puede ser escrita. No en vano Vila-Matas eligió esta cita de Maurice Blanchot como epígrafe de su novela: "¿Cómo haremos para desaperecer?" Para mí la literatura no es otra cosa que un acto de escapismo: nos desdoblamos, somo otros, un juego espejos tal vez, un doble, un hermano gemelo temible y orgulloso, una extensión de lo que no somos, una vía alterna hacia nosotros mismos. La propuesta de Vila-Matas es que la literatura debe ocupar el lugar privilegiado de la vida real: ser la vida misma. Las representaciones de una realidad cada vez más obtusa y vacía que no cumple con la función de dotar al ser humano de presencia. Motano vive para la literatura, su discurso es completamente literario, vive de citas y recuerdos de libros, camina como un hombre-libro, incluso sus relaciones personales están marcadas por una influencia decisiva de la literatura epistolar. Publicado en 2002, ganador de varios premios, entre ellos el prestigioso Herralde de Novela, El mal de Montano es una novela decisiva para comprender en desarrollo de la literatura en nuestro idioma.
Cholula, 2010.
Estoy totalmente de acuerdo con tu comentario. Vila-Matas es uno de los mejores escritores en lengua castellana, uno de los pocos que arriesga en la forma y en el contenido, una mente inquieta. Me gusta la forma en que sus libros se relacionan para formar una de las trayectorias literarias contemporáneas más apasionantes,
ResponderEliminarsaludos
Dime sentimental pero yo sigo pensando que fue un error que Vila-Matas abandonara las filas de Herralde para irse por una chuleta más grande. Hay un texto de desquite de Herralde -publicado en Letras Libres- en donde expone las razones más o menos laborales y de baja calidad literaria por las que Vila-Matas partió de Anagrama. Yo me quedo con los libros publicados por Herralde. No he leído Dublinesca. En fin. Saludos: ¿Beijing o París?
ResponderEliminarLibertine.