La muerte de Amy Winehouse ha sacudido la industria discográfica, así como a sus millones fans por todo el mundo, entre los que me incluyo. Es lamentable que esta talentosa londinense haya muerto cuando aún tenía mucho que ofrecer al mundo de la música. Años de luchar contra las adicciones no pudieron domar ese demonio autodestructivo que culminó con su muerte el pasado viernes en su departamento de Camden, Londres, famoso por por sus bares y el fácil acceso a las drogas. Curiosamente, Winehouse escribió en 2oo5 la canción "Rehab", incluida en el álbum Back to Balck, una joya de musicalización, y habla de su experiencia con las drogas y de las veces que había intentado rehabilitarse, negándose a dejar su vida de excesos:
They tried to make me go to rehab
I said no, no, no.
Yes I been black, but when I come back
You wont know, know, know.
They tried to make me go to rehab
I said no, no, no.
Yes I been black, but when I come back
You wont know, know, know.
Es común que la muerte de un artista en pleno dominio de sus facultades creativas lo encumbre a la categoría de mito. Pasó con Janis Joplin, pasó con Lennon, pasó con Morrison y Hendrix, pasó con Cobain, cinco músicos escepcionales que murieron en pleno dominio de sus capacidades creativas, y es seguro que lo mismo pasará con Wino, quien poseía un talento descomunal sólo superado por sus adicciones. Winehouse era poseedora de una voz hecha para el soul y el Rhythm and Blues, una voz que se desgarraba en el escenario y hacía que los espectadores vivieran las canciones. Lamentamos su muerte, valoramos su música, y escucharla será el tributo másgrandeque podamos ofrecerle.
In memoriam, Wino.
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